Caso O. J. Simpson
l caso O. J. Simpson o el juicio a O.J. Simpson por asesinato, investigó el homicidio de Nicole Brown Simpson, ex-esposa de Simpson, y de su amigo Ronald Goldman. Simpson, estrella del fútbol americano retirado y actor, fue acusado de ambos asesinatos en 1994. Fue absuelto en un juicio penal1 después de un proceso largo, polémico y ampliamente cubierto por los medios. Más tarde, en 1997, O.J. Simpson fue declarado culpable de las muertes por una corte civil.
En 1992 Simpson se había divorciado de su esposa, Nicole Brown, quien le había acusado de haberla maltratado. Antes de la medianoche del 12 de junio de 1994 Brown fue encontrada sin vida en su domicilio, situado en la calle Centinela Avenue, en el distrito de Brentwood de la ciudad de Los Ángeles, California, en compañía de su amigo Ronald Goldman, quien trabajaba como modelo y aspiraba a labrarse una carrera como actor. Ambos habían sido apuñalados. Los hijos de Brown y Simpson estaban durmiendo en la planta superior de la casa cuando se produjeron los homicidios. Goldman recibió diecinueve puñaladas, y Brown dieciocho, una de las cuales le causó un corte de trece centímetros en el cuello. Las evidencias encontradas en la escena del crimen sugerían que Simpson era el autor del doble crimen. Acusado de cargos de asesinato, sus abogados convencieron a la policía de Los Ángeles para permitirle entregarse a las 11 de la mañana del 17 de junio a pesar de que el cargo por doble asesinato significaba la no liberación bajo fianza y una posible pena de muerte en caso de ser condenado.
La persecución
Alrededor de un millar de periodistas esperaron la entrega de Simpson a la policía y una posterior declaración a la prensa. Tras no aparecer se desató la confusión, y a las dos de la tarde la policía informó a las comisarías cercanas para que lo buscaran. Un amigo suyo, Robert Kardashian, leyó una carta escrita por Simpson para los medios de comunicación. En la carta se podía leer: "Primero, que todos entiendan que yo no tengo nada que ver con la muerte de Nicole... No lo sintán por mí. He vivido una gran vida". A muchos esto les sonó como una nota de suicidio, y los periodistas se unieron a la búsqueda de O.J.
A las 18:45, un coche patrulla vio un Ford Bronco blanco perteneciente a un amigo de Simpson, Al Cowlings, yendo hacia el norte por la Interestatal 405. (Simpson también poseía un Bronco blanco, pero no era el suyo el que se vio envuelto en este incidente). Cuando el oficial se aproximó al vehículo, Cowlings, que estaba conduciendo, gritó que Simpson se encontraba dentro del coche, y que tenía una pistola apuntando a su cabeza. El oficial se alejó y se inició una persecución a baja velocidad.
Durante un tiempo, un helicóptero de la cadena KCBS tuvo la exclusiva al ser el único en cubrir la persecución, pero al final de la misma ya se habían unido otros doce, pues otras cadenas intentaron alquilar todos los helicópteros disponibles en la ciudad. Incluso la NBC interrumpió un especial sobre la final de la NBA de 1994 para retransmitir en directo la persecución.
La emisora de radio KNX también cubrió el incidente. El presentador y el productor de la cadena se pusieron en contacto con el antiguo entrenador de la USC, John Mckay, que salió al aire en directo y le pidió a Simpson que parara y se entregara, en vez de suicidarse.
Numerosas personas se congregaron en el recorrido de la persecución. Muchos de ellos incitaban a Simpson a huir. Cowlings pasó varias veces por la casa de Simpson, y se detuvo definitivamente a las 8 de la tarde en North Rockingham Avenue, 360. Sin embargo, Simpson permaneció dentro del vehículo durante 45 minutos, aumentando el temor a un suicidio o a un tiroteo con la policía. Cuando finalmente se rindió, la policía halló 8.000 dólares en metálico, fotos familiares, una perilla y un bigote postizos, un pasaporte y unrevólver Smith & Wesson de calibre .357 Magnum cargado.
Después del arresto de Simpson, muchos medios publicaron su imagen de detenido. Especialmente polémico resultó el tratamiento informativo elegido por la revista TIME, que publicó una foto en la que se había oscurecido la imagen y disminuido el tamaño del número de identificación del prisionero. Esta imagen apareció en los Kioscos junto a la portada de Newsweek, que no manipuló la fotografía original. Este cambio provocó las críticas de grupos por los derechos de las minorías, que acusaron a la revista Time de oscurecer la imagen para relacionar delincuencia con la raza negra. La manipulación de la imagen fue obra del ilustrador de la revista, Matt Mahurin, quien más tarde diría que el oscurecimiento de la piel de Simpson era para "hacerla más artística".
Juicio penal
Simpson, emocionalmente destrozado y perdido en su primera presencia en el juicio el 20 de junio, se declaró no culpable de los asesinatos. Se formó un gran jurado para ver si tenía que ser procesado por ambos homicidios. Este primer jurado fue despedido dos días más tarde a causa de la excesiva cobertura por parte de los medios, lo cual podría influir en la decisión del gran jurado. Después de una semana de audiencia, un juez de la corte superior de California estimó que había suficientes pruebas para culpar a Simpson de los asesinatos. En su segunda aparición en el juzgado, el 22 de julio, Simpson se declaró, en un tono desafiante: "cien por ciento absolutamente no culpable".
El proceso criminal duró 133 días y fue televisado y ampliamente publicitado. Durante esos ocho meses testificaron 150 testigos. Muchos de los allí presentes se convirtieron en personajes famosos, incluyendo al juez Lance Ito, que fue parodiado por muchos comediantes, incluyendo a Jay Leno en su programa Tonight Show.
El juicio comenzó el 24 de enero de 1995 con la acusación, liderada por Marcia Clark, argumentando que Simpson mató a su mujer en un ataque de celos. Abrió su caso con una llamada telefónica al 911 (número de emergencias en Estados Unidos) realizada por Nicole Brown en 1989, donde expresaba su miedo a que su marido la maltratase físicamente. La acusación también presentó a expertos que, a partir de huellas genéticas o de un análisis de las pisadas, situaban a Simpson en la escena del crimen.
Simpson contrató un equipó de nueve abogados, caro (4 millones de dólares) y muy bien preparado, en el que se incluían F. Lee Bailey, Barry Scheck Robert Shapiro, Alan Dershowitz, Robert Kardashian y Johnnie Cochran, quienes argumentaron que Simpson estaba siendo víctima de una trampa policial y de procedimientos descuidados que contaminaron las pruebas de ADN. La defensa de Simpson (llamado "Dream Team" por la prensa) argumentó que el detective de la policía de Los Ángeles, Mark Furhman, había colocado esas evidencias en la escena del crimen.
En marzo, Furhman negó que fuese racista o que alguna vez hubiese usado la palabra nigger (término despectivo para referirse a la raza negra) para describir a afroamericanos. Más tarde, la defensa encontró cintas de audio en las que se podía oír repetidamente a Furham usando dicha palabra. Estas cintas se convirtieron en una de las piedras angulares de la defensa para acusar al testimonio de Furham de falta de credibilidad. El detective fue llamado de nuevo en septiembre, pero se negó a declarar. Tiempo después escribió un libro sobre el caso, titulado Asesinato en Brentwood. Cabe destacar que 10 de los 12 miembros del jurado eran afroamericanos, por lo que un acto de racismo por parte de la acusación era muy importante.
El 15 de junio de 1995, un abogado de la acusación, Christopher Darden, pidió a Simpson que se pusiese un guante de cuero que fue hallado en la escena del crimen. El guante era demasiado pequeño para la mano de Simpson. Un abogado de O.J., Cochran, se sirvió de esta prueba para repetir una frase que ya había dicho antes: If it doesn't fit, you must acquit. ("Si no se ajusta, debes absolver"). La acusación respondió argumentando que el guante empapado de sangre se contrajo al secarse. La acusación también afirmó que la sangre de Simpson encontrada en la escena del crimen era el resultado del goteo de sangre del dedo corazón de la mano izquierda de Simpson que vio la policía el 13 de junio -el día siguiente al asesinato-, y que la policía aseguró que se debía al ataque contra Ronald Goldman. Sin embargo, ninguno de los guantes encontrados tenía corte alguno. Además, mientras que el guante encontrado en la escena del crimen estaba ensangrentado, no había rastro de sangre en el guante hallado en la casa de Simpson.
La acusación estaba segura de haber presentado un argumento sólido y estaba convencida de la victoria judicial. En las encuestas, la mayoría de los afroamericanos del país no estaba convencida o pensaba que Simpson no había cometido el crimen y que procesarle sería dar luz verde a la conducta abusiva de la policía contra los afroamericanos. En el otro lado, la mayoría de los blancos pensaba que los argumentos contra Simpson eran sólidos. Las tensiones raciales crecieron durante el proceso y la policía temía que se repitiesen los disturbios de Los Ángeles en 1992 si finalmente Simpson era condenado. A las diez de la mañana del 3 de octubre de 1995, tras sólo tres horas de deliberación y frente a una audiencia televisiva de 150 millones de espectadores, el jurado dio el veredicto de "no culpable".
Reacciones a la sentencia[editar]
El veredicto de no-culpabilidad fue un choque tanto para la acusación como para gran parte de la sociedad. Muchos blancos se tomaron la sentencia como una afrenta personal, según se pudo desprender de la reacción de aquellos que vieron la declaración en directo. Este enfado aumentó con la celebración por parte de la comunidad negra. Las diferencias sobre el caso aún se mantienen en la actualidad, dieciocho años después de la sentencia. De hecho, aquellas diferencias sirvieron para hacer ver que la tensión racial seguía existiendo en el país. Algunos, opuestos a la sentencia, dijeron que el veredicto demostraba los efectos que el dinero podía tener en el sistema judicial. Otros acusaron directamente al jurado, que, según ellos, no habían tenido en cuenta las abrumadoras pruebas contra Simpson (especialmente la prueba de ADN). Éstos mantuvieron que no hacer caso a la prueba de ADN era atribuible a la ignorancia sobre el tema, y tildaron al jurado y a la acusación de incompetencia. En entrevistas posteriores, algunos miembros del jurado dijeron que creían que Simpson cometió realmente el crimen, pero que la acusación había cometido una chapuza.
El famoso abogado Vincent Bugliosi (que dirigió el caso de Charles Manson), compartía esta opinión, como se pudo ver en su libro Outrage: The Five Reasons O.J. Simpson Got Away With Murder ("Ultraje: las cinco razones por las que O.J. Simpson se libró de su delito de asesinato"). Bugliosi fue muy crítico con los abogados de la acusación y denunció muchos fallos cometidos durante el proceso. Los acusó, por ejemplo, de no usar la nota que Simpson escribió antes de huir. Según él, aquella carta "apestaba" a culpabilidad. Denunció también que al jurado nunca se le informó de lo hallado en el Bronco de Simpson. Acusó a los abogados de no haber incidido en los abusos a los que Simpson sometía a su mujer.
Muchos expertos legales piensan que el proceso de selección del jurado fue crucial para el veredicto final. Las encuestas demostraban que la opinión sobre la culpabilidad de Simpson eran muy distintas entre la comunidad blanca y la comunidad negra. La acusación, en vez de realizar el juicio en Santa Mónica, mayoritariamente blanca, lo hizo en Los Ángeles, con un mayor número de afroamericanos. Esto también fue criticado por Bugliosi. Durante el proceso de selección del jurado, la defensa hizo muy difícil a la acusación elegir a gente de raza blanca, argumentando que rechazar a personas por motivos raciales era algo ilegal.
De acuerdo con los informes de la prensa, la abogada de la acusación Marcia Clarck pensaba que las mujeres, independientemente de la raza, simpatizarían con los casos de violencia doméstica que sufrió Nicole. Por otro lado, la defensa sugería que las mujeres tendrían más tendencia a absolver, y que las mujeres negras del jurado no serían tan condescendientes con la víctima, una mujer blanca. De un jurado inicial con un 40% de blancos, 28% de negros, 17% de hispanos y 15% de asiáticos, el jurado final tenía 10 mujeres y 2 hombres, con 8 negros, 2 hispanos, un nativo americano, una mujer blanca y otra de piel oscura. El debate sobre el componente racial ha continuado durante tiempo. Algunas encuestas han concluido que muchos negros, a pesar de tener dudas sobre la inocencia de Simpson, eran no obstante mucho más desconfiados sobre la credibilidad y justicia de la policía y tribunales. Una encuesta de la NBC de 2004 señalaba que a pesar de que el 77% de los encuestados aseguraba la culpabilidad de Simpson, sólo el 27% de los negros frente al 87% de los blancos así lo hacía. Este dato hace que el caso Simpson siga siendo visto como un tema racial.
Tras el juicio, Simpson dijo que haría lo posible por encontrar al verdadero asesino, del que sospechaba que era un asesino a sueldo. Cuando los medios le grabaron jugando al golf, los humoristas hicieron bromas ironizando con el "esfuerzo" que estaba haciendo para hallar al asesino.
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